Típicamente, se asocian a la relación entre la “Empresa” y el sindicato,  y por tanto a la negociación colectiva que ocurre cada 2 ó 3 años.
Hay una mejor visión que esa.

Si las RRLL se atribuyen al proceso de negociación colectiva, significa que pertenecen al área de acción de RRHH o, eventualmente, al área especial creada para ello, Si la complejidad del convenio colectivo lo amerita, hay gente que se encarga de su administración.

 

El resultado neto es que, bajo esta mirada, este tema no incumbe a la operación.

Postulamos que las RRLL ocurren cotidianamente en el marco de la operación normal y habitual, y en ellas están involucrados los empleados y sus supervisores en los distintos niveles de la organización. Las RRLL son de ocurrencia continua.

¿Qué aporta esta nueva mirada?

 

En primer lugar, permite medir el nivel de calidad de las relaciones laborales y hacer seguimiento de dichas mediciones generando capacidad de intervenir en la calidad de las RRLL como parte integral del proceso de supervisión y dirección.

Si se puede medir, entonces se puede gestionar. No necesitamos esperar el próximo período de negociación para enterarnos “cómo está el ambiente laboral”. Lo podemos conocer permanentemente y actuar sobre él.

La tercera diferencia o aporte, y quizás la más importante, es que hace posible el desafío de mejorar las relaciones entre los empleados y la empresa, al entender que ellas ocurren en el marco de la interacción de trabajo entre el empleado y su supervisor.

Ello releva la importancia de la calidad de la gestión del supervisor y ofrece un campo de intervención para mejorar la calidad del management, y con ello la de las relaciones laborales.

Nuestros programas, focalizados en mejorar la calidad de la supervisión, se hacen cargo de la posibilidad de incremento de la productividad que surge del cambio de paradigma en torno a las Relaciones Laborales.