La Productividad máxima, dada por  sus procesos y su tecnología, está sujeta a la voluntad de las Personas y los Equipos de Trabajo.

El resultado máximo que se puede obtener, aun teniendo gente que sabe lo que hay que saber para lograrlo, no se alcanza si no se logra que la persona quiera hacer lo que sabe al mejor nivel de sus habilidades.

Esto vale para las personas y para los equipos de trabajo que forman.

La diferencia entre el resultado que es posible obtener y el que se obtiene en la realidad, producto del nivel de voluntad de las personas constituye una “brecha de productividad” que está siempre presente y ofrece una oportunidad importante de mejores resultados.

¿Cómo acceder a ese delta de productividad que está allí disponible?

Abordando la causa principal de que esa diferencia se produzca: el estado emocional de menor compromiso y motivación derivado de la calidad de la supervisión.

Está ampliamente demostrado que las personas no se sienten motivadas ni comprometidas con el trabajo y la organización,  cuando están insatisfechas  con su jefatura.

Toda persona (o casi todas, para acoger la excepción), entra a trabajar motivado. Si hoy no lo está, significa que la perdió en la organización, y los estudios indican que la causa más frecuente es la calidad de la supervisión.

El foco de las intervenciones que diseñamos en PROPER, está en contribuir a detectar primero y a modificar después, el nivel de calidad de la supervisión. Contamos con una metodología de diagnóstico que nos entrega métricas para caracterizar el nivel actual de calidad del management y poder así verificar su evolución durante la intervención posterior.